Cuestión de Principios

Esto viene por algo que he visto hoy en un comentario de facebook y ante lo que he tenido que tomar mi decisión propia y totalmente personal. Podrá gustar más o menos lo que voy a escribir, pero como decía Grouxo Marxéstos son mis principios, si no les gustan, tengo otros (aunque muy parecidos, añado yo)

Nadie ignora que soy una firme defensora de los DERECHOS DE LOS ANIMALES y que son una gran preocupación en mi vida y pensamiento, con un gran sentimiento de IMPOTENCIA por no poder hacer más de lo que quisiera por salvarles a todos y tenerlos bajo mi regazo. 

Por esto mismo soy una FIRME DETRACTORA DEL TOREO  y todo lo que le rodea, y bastante radical en lo que a esto se refiere.

Quizá mis compañeras de colegio (Berenice y Lourdes seguro, alguna más posiblemente!) recordarán como ya con 8 y 10 años tenía encarnecidas discusiones en el colegio por el dichoso tema de los «toros»; cómo me embravecía cuando se hablaba de ellos como «cultura» y si la memoria les va a más, recordarían que en más de una ocasión me expulsaban de clase por exaltarme y decir barbaridades al respecto contra quien los defendía y los toreros. Lo que no saben, porque ya me quedaba sola, es que en pasillo al que me desterraban castigada, me quedaba llorando desconsoladamente por no entender cómo podía haber tanta gente, profesores, familias y compañeros, defendiendo semejante crueldad que a mi no me cabía en la cabeza de ninguna manera….

Ahora, con la edad, quizá sea más educada y comedida, he aprendido que sobre este tema es mejor no hablar, y cuando surge, digo «cambiemos de tema» o me retiro de la conversación, porque ya me conozco y sé que paso a formas políticamente incorrectas, a alterarme y a darme cabezazos contra una pared tremendamente dolorosa que no cede.

Pero no por ello se me ha curado el dolor por el sufrimiento de esos animales (y tantos otros, aunque ahora hable de los toros), ni mucho menos mi intransigencia hacia el tema. Aquí caben las corridas de toros, los encierros con vacas o vaquillas, el lanceamiento de Tordesillas, el embolado de Medinaceli y las numerosas formas de barbarie, denigración, terror y tortura a la que se someten a estos pacíficos animales a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Adoro a los animales, pero igualmente ENTIENDO Y RESPETO perfectamente a quien no les hagan especial gracia, no les gusten, ni los quieran, consideren o valoren como yo.

Pero lo que no puedo es con las personas que son capaces de MALTRATAR o hacer daño a cualquier ser vivo… Directa o indirectamente. Y para mi, defender el toreo (y sus variantes) entra en la segunda forma.

De buen rollo y sin problemas, simplemente, POR MIS PRINCIPIOS, no puedo «coleguear» con alguien que defienda, disfrute o se justifique en excusas absurdas sobre el maltrato animal en cualquier aspecto («los puestos de trabajo que da, que es un animal que solo vive por esto, que es una raza que ya no existiría, es tradición…» y tantos bla bla bla sin ningún fundamento entran en este apartado), ideas que NO COMPARTO NI COMPARTIRÉ JAMÁS, que no acepto de ninguna manera, y en consecuencia, no lo quiero delante mío, me produce dolor y desazón… En la vida diaria sé que conozco gente a quien le gustan, saben que es un tema que no se puede tocar delante mío y yo me callo. Cuando ha salido, si ambas partes nos comedimos, podemos hablar y exponer con tranquilidad, y a más de uno se qué he sorprendido con cosas que ignoraban, y ojalá se hayan cuestionado cosas. No voy a dejar a nadie de lado por esto, pero claramente me desagrada y no voy a hablar del tema porque me altero y lo paso realmente mal.

Pero Facebook es otra cosa, no es «la vida real», es un lugar donde todos opinamos de lo nuestro y aparece en nuestro apartado personal que se llama «muro». Y no, yo no quiero ver ciertas cosas en «mi muro». Por eso pido que me quite de amistad, sin un mal gesto ni una mala cara, quien esté entre mis «amigos» de Facebook y pertenezca a ese grupo de defensores del toreo (porque toreros estoy bastante segura que no tengo a nadie), igual que yo hago cuando encuentro comentarios a este respecto siempre con la prudencia de quien se retira de algo que le hace daño.

Lo reitero… desde el respeto, pero desde lo que yo creo mi coherencia.

Soy totalmente radical en este aspecto, ya que para mi no cabe un término medio: o se opta por la vida, o se opta por el sufrimiento, la muerte, la tortura. No hay intermedios. Un animal sufre o no sufre, se le mata o vive. No hay más.

No puedo ver en mi entorno la más mínima palabra de aliento a esta salvajada medieval (como tantas otras, pero que por fortuna no tienen tantos aficionados y de las que hablaría en otro momento).

Por esto mismo y en un paso más en mi compromiso por esta causa, soy socia de AVTAMA, la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y Contra el Maltrato Animal.

No voy a decir nada en contra, ni quiero debates de si como carne o si por mi causa también mueren miles de corderitos o gallinas ponedoras en el mundo….  Es otro tema mucho más extenso y como digo, ahora solo hablo del TOREO y los POBRES Y DESGRACIADOS ANIMALES QUE TIENEN LA TREMENDA MALA SUERTE DE NACER BOVINOS EN ESTE PAÍS, y no digo nada más, porque no voy a entrar en esa lucha absurda de razones que me alteran la sangre por absurdas y neolíticas.

Simplemente esto… no caben en mi ser «Hellen» las palabras «Amistad» y «Toreo», por mucho que lo intento… lo siento.

Se que a muchos les disgustará este escrito (si es que han llegado a leer el tocho, claro!! ;)), pero como comenzaba, termino… estos son mis principios, y a quien no le gusten….

🙂

Nota publicada en mi perfil de Facebook el 23 de junio de 2015

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