No hay vidas perfectas
Ayer hablaba con un francés con quien hemos coincidido estos días en Guraidhoo
Nos había explicado un par de días antes a qué se dedica y la libertad que tiene, económica y vital. Ha vivido en España y habla perfecto español y era una motivación practicarlo con nosotros, así que se explayó a gusto, y era interesante escucharle.
Ahora estaba aquí porque hacía tiempo que no buceaba y le apetecía retomarlo, le salió esta opción y muy de última hora apareció en Maldivas, donde coincidimos en las inmersiones con el centro de buceo.
Es curioso cómo pueden discurrir los encuentros, y donde te llevan…