51. Incongruente

INCONGRUENTE.
SOY TOTALMENTE INCONGRUENTE.
LO SIENTO SI DECEPCIONO  😞

Hace bien pocos días me puse muy crítica con las construcciones hoteleras de la isla de Maldivas en la que me encuentro, en Guraidhoo concretamente.

Una isla a la que llevo viniendo muchos años, y que por tanto he visto evolucionar (aunque para mi gusto es todo lo contrario a la evolución). Pasar desde únicamente las casas locales y alguna tiendecita, ir ampliando servicios, edificios, casas, hasta llegar a lo que es ahora, y todo lo que será en un periodo corto de tiempo.

En varias ocasiones he hablado de ello, en este mismo blog, he publicado algún video (pincha aquí y verás uno de hace tan solo unos meses), en mis estados de whatsapp y también en Facebook claro.

Y precisamente hoy he actuado de una forma contraria. Pero también lo he grabado y os hablo de ello, porque si soy clara para unas cosas, debo serlo para otras.

¿Oportunidad de callarse?
No. Oportunidad de aprender.
Siempre hay oportunidades para reflexionar, pensar y aprender

Aquí lo cuento

Hoy hemos comido en el restaurante de uno de los hoteles nuevos. Carta muy grande, variedad y tipos distintos de platos, y comida preparada para turistas con precio de turistas. Eso aunque el servicio deja mucho que desear en cuanto a profesionalidad y sobre todo tiempos (tardan una hora larga en traerte un plato que no tiene más historia, sin inmutarse…).

Súper agradable el lugar, delante del mar, una terraza techada con ventiladores, abierta por los lados, por donde pasa la brisa, sillas muy cómodas, muy cuidado y con diseño, manteles individuales, servilleta de tela, vasos bonitos y vistas preciosas.

Bien lejano a los pequeños restaurantes locales que aún se mantienen en la isla, que te sirven poquitas cosas de las que comen ellos, nada occidentalizados. Locales interiores, generalmente sin aire acondicionado, ventiladores de los que te dejan la cabeza como un bombo, donde pasas calor y las moscas y mosquitos van a su aire, las mesas se mueven, están astilladas o son cada una de su padre y de su madre, las sillas incómodas y te quedas pegado si vas en pantalón corto, sin manteles, puñados de servilletas de papel puestas a mano en un bote reciclado y esos detalles que permiten que comas por un precio que nos resulta de risa. Y que es su forma de estar y de vivir.

Lo hemos comentado entonces… «Nos gusta y valoramos lo local… pero lo cierto es que la comodidad, el sitio, el detalle… al final nos tira mucho»

Pero esto ha sido solo el aperitivo de la incongruencia de la que hablo.

Al lado está el mega hotel que ha crecido a una velocidad pasmosa: en septiembre estaba poco más que el esqueleto (es justo el del video de más arriba que he puesto), lo he mostrado en otro, muchísimo más avanzado, hará poco más de una semana, y hace 3 días lo han inaugurado…

Teniendo clientes ahí alojados, he querido venir a verlo.

Y he sucumbido a la admiración.

Pese a mis críticas, me he doblegado al UAUUUUUU

Las vistas desde una décima altura son fascinantes, qué vamos a decir. Habitaciones de hotel con una pared totalmente acristalada para perderte en el infinito… desde la cama ves todos los tejados y estructura de las calles por donde vamos de un sitio a otro, el puerto, la playa, el turquesa que derrite la retina, las olas rompiendo vistiendo de blanco el azul más intenso, las islas de enfrente con la frondosa vegetación central, el arrecife de más lejos, un resort overwater al fondo, más islas en el horizonte…

Se quita el aliento de la belleza del paisaje, aún con la intervención humana, y gracias a la intervención humana.

Posiblemente ninguno de los habitantes de esta isla haya visto anteriormente desde arriba cómo es realmente el lugar en el que lleva viviendo toda su vida. Y cuando vayan subiendo a lo alto de este hotel, porque poco a poco todos lo harán, se asombrarán de «poner forma» donde pisan cada día.

Y fliparan. Como hemos hecho nosotros.

¡¡Porque cambia tanto la perspectiva cuando te despegas del punto de vista habitual!!

👉 Y ojo, porque esto es válido para todo, no sólo lo que vemos con los ojos.

 

El top ha sido el rato tan agradable que hemos pasado en la piscina infinity de ese piso 10 que me horrorizaba desde abajo.

La batería del móvil se ha fundido de las fotos que hemos hecho. Ver desde esa altura todo lo que navegamos a diario para ir a los puntos de inmersión es realmente brutal.

Mi querida Kandooma, ese punto de buceo tan emblemático donde habitan mis queridas Eagle Ray y donde todo puede ocurrir, visto desde ahí arriba me ha dejado sin palabras: El canal, el corner, las olas del océano pegando fuerte en el arrecife creando esa banda de espuma. Ver la corriente tan claramente, el cambio de color por las diferencias de profundidad… UAUUU.

 

Disfrutar desde lo que me espanta, lo que critico, lo que considero malo para el lugar.
Una total incongruencia. Lo reconozco.
No sé en qué punto quedarme.
Es difícil, tremendamente difícil mantenerse en el equilibrio.

Yo no se hacerlo, ¿y tú?

 

👉 Aquí unos vídeos cortitos de mi pecado, y de lo que se ve desde esa altura

➡️ Mis confesiones

➡️ Un paisaje fascinante

➡️ Sunset desde la planta 10

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puedes utilizar estas etiquetas HTMl y artributos.

Todo el contenido de esta página es propiedad y opiniones personales de © Hellen Faus. Los contenidos externos están indicados o vinculados a sus sitios web o sus autores. Si ves algo que no debería estar, equivocado o incorrecto, no dudes en hacérmelo saber.

Verified by ExactMetrics