Maldivas como hace 15 años

Estoy viendo el final de Maldivas… 🏝️

¡Uy! Eso ha sonado muy apocalíptico 💥… ¿no?

Ummm… algo sí… Ya conté que se espera que desaparezcan las Maldivas más pronto que tarde a causa de la subida del nivel del mar en un país que no pasa del palmo de altura.

Sin embargo, Guillén apunta, con sarcasmo y bastante acierto, que es más posible que estas islas desaparezcan directamente hundidas por el peso de las masas de turistas que van llegando últimamente… 🤣🤣

-A ver, que gracioso, gracioso no es, pero nos reímos de la ocurrencia

Lamentable pero verdad. Las islas crecen a lo alto (edificios «Benidórmicos«… palabro que me acabo inventar pero se entiende genial y horroriza como lo que más…) y a lo ancho (arena y más arena que dragan del fondo para extender la tierra).

Y ale, a venir más y más gente a sacarse selfies con el agua turquesa en un fondo, no de palmeras solitarias, como era hace unos años, si no de bloques de 12 pisos 🏢😖

¡Menudo plan nos pintas, ¿no, Hellen? Vaya forma de «vender viajes» que tienes… …

Vale, si, tenéis razón, pero ha sido el inciso «apocalíptico» el que me ha desviado, que soy de distracción fácil.

 

En realidad, el tema va de todo lo contrario y el título no habla de ese «final», si no el más literal, el geográfico:

Me refiero a que estoy en el último atolón del norte del archipiélago maldivo, en una isla de nombre imposible, Nolhivanranfaru, situada prácticamente donde termina el país.

Para situarnos, alineado con Sri Lanka y la puntita de India…

Eso, ahí estoy, en «ese final» de Maldivas .. 😅

 

He llegado hace unas horas, y ya me he enamorado. Tiene magia este lugar, un encanto especial… un «algo».

En la playa, enooooorme y larguísima, de arena de terciopelo, os juro que los únicos paseantes que he visto han sido los cientos de cangrejos 🦀 ermitaños con sus conchas/casa a cuesta.

No hay turismo, no hay extraños, no hay guiris, no hay jaleo, no hay la lucha por ver quien te vende más o más caro.

 

He venido aquí, hasta casi salirme del país, porque como soy anti masas y pro viajes auténticos, antes que lo de arriba ocurra de verdad (ya sabéis que tiendo a exagerar, pero aquí no me he pasado demasiado) me he empeñado en dar a conocer este enorme cacho de océano salpicado por unas gotitas de arena.

(me encanta esta definición de Maldivas que acaba de salirme como para contrarrestar la de antes tan fea)

 

No quiero mostrar, -porque ya salen hasta en la sopa-, las islas donde dentro de nada habrá que dar codazos para entrar.
Lo que quiero es dar a conocer estas otras perlas y joyitas que de momento se salvan de esas barbaries (pero todo llegará) y que te reconcilian con el universo.

Y de paso con tu propio universo.

 

Sí, aún hay verdaderos tesoros, auténticos, sin edificios de varios pisos ni franquicias americanas, que son los que quiero y os quiero descubrir.

Eso sí, poquito a poco, y sin amontonarnos.

 

Y acabo de llegar a uno de estos resquicios de lo intocable.

Y ya me he prendado.

¡Qué colores, qué laguna, qué vegetación y qué playa larguísima, acabando en un manglar!

Toda la isla es arena de playa, suave, y cuando digo toda, digo toda: las calles, los alrededores. Sólo arena (o verde)

La gente súper amable y sonriente y en su vida tranquila.

Una isla local, con cuatro barquitos, casitas espolvoreadas, alguna tiendecita de las de encontrar de todo, desde una manzana a un destornillador, y rinconcitos coloridos de lo más monos.

He visto los críos jugando, las madres charlando, familias pescando.

Todo en calma absoluta, como si el tiempo aquí no corriese.

Me alojo en guest house super acogedor, sencillo, con mucho encanto y comida local deliciosa.

Aquí voy a pasar unos días sola, bien tranquila, conociendo, descubriendo, escribiendo y trabajando. Una especie de retiro inesperado en toda regla que recibo con un montón de ganas.  Tengo mucho curro para adelantar, y da gusto hacerlo en este ambiente donde pensar, escribir, crear y descubrir fluyen y confluyen sin fricción alguna.

Percibo que hay magia y energías especiales de las que me voy a nutrir y espero contagiaros de las ganas de comprobarlo por vosotros mismos.

Eso sí, también os digo que un lugar así no vale para cualquiera. Igual que digo lo uno, digo lo otro.

Si necesitas tiendas, souvenirs, resorts 5*, acción, bullicio, restaurantes 🔝… ¡¡poooozzzz no!!

Para eso ya mejor te ofrezco otro lugar, que los hay.

 

Ahora… si lo que te pone es ….

Y….

O….

Es decir, todo lo contrario…

 

Pues lo puedes flipar, como yo ahora mismo.

 

Y lo iré contanto.

 

Pero esto no lo compartas.

 

No se lo digas a nadie.

 

Más que nada porque no cabemos todos…

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