Newsletters

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43. El mar sigue sonando…
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42. El final de Maldivas
3
41. El granito de arena de la felicidad
4
40. Ataque a buceadores
5
39. La primera vez sin alguien
6
38. No current, no life
7
37. Entrevista de Miguel Gomis

43. El mar sigue sonando…

Ayer, mientras caminaba por la playa, grababa un audio a mi grupo de Eneagrama.

Geno, que participa poco, pero lee/escucha con gran atención y cuando habla «sube el pan», respondió que le daba tranquilidad el sonido de fondo.

Tranquilidad del sonido del mar

 

Era el sonido de este océano Índico tan azul, tan turquesa, tan brillante, en su constante vaivén de, ora acaricio la arena, ora vuelvo a mi ser, que traspasaba el tono de mis palabras y el volumen de mi voz, para llegar al otro lado y penetrar dulcemente de quien tiene oídos para percibirlo. 

 

Poco antes un amigo de vacaciones en Canarias me había enviado un vídeo con la mar rugiendo en las rocas, que también resonó potente

el sonido del mar

(sí, soy de las que cambia el fondo del whatsapp según el grupo o la persona 😉)

 

Es ese sonido, esa esencia, la del mar, lo que lleva integrándose en mi desde antes siquiera de imaginarlo. 

Ahora me resulta es impensable vivir o estar lejos del Azul elemento, del agua con sal, del incesable run run de las olas y el recto horizonte sin final…

Pero no siempre ha sido así.

Aunque mi madre adoraba la mar, soy de familia montañera y hasta la treintena mi vida transcurría bajo esos cielos tan bellamente recortados por las siluetas irregulares de cordilleras, cimas, riscos y cumbres.

 

Pero el mar, La Mar, de algún modo siempre tuvo un efecto llamada. Una fuerte atracción, que no fue hasta los treinta y muchos largos que me atrapó del todo y me diluyó en lo que, por naturaleza, «era yo».

Y hoy me ha saltado un link de un escrito que hice al mar.

Mejor dicho, un poema que el mar me puso en palabras.

Estaba pasando una época muy complicada, tremendamente convulsa de mi juventud.

Un momento disruptor, de grandes, -¡enormes!- cambios que, no sólo me sacudieron a mi si no a toda mi familia, por la decisión tan inesperada que tomé a esos 26 años, y contra la que me debatía frente a ese Atlántico rugiente esa tarde de agosto…

Y hoy, 31 años y unos meses después, al releerlo, sentirlo, al volver a hacerlo mío, me he dado cuenta que el mar, La Mar, llevaba muchos, muchos años hablándome.

 

Os invito a leerlo, pero sólo desde el mayor respeto y la humildad. Es la única forma de presentarse frente al mayor organismo vivo del planeta tierra, que paradójicamente, es agua…

 

🌊🌊🌊🌊 EL SONIDO DEL MAR  🌊🌊🌊🌊

Háblame, te escucho
Cuéntame, que te atiendo

 

 

PD 1
🙏 Gracias, Geno, amiga, por rescatar esa llamada tan lejana, pero tan cercana.

 

PD2
 ¡Si llama, escucha!
Sea el mar, la montaña, un bosque, las estrellas de la noche o la caída de sol…da igual, lo que sientas que tiene «palabras» para ti, escucha.
🙉 No desatendamos esas llamadas, ni cerremos los oídos porque son la puerta de acceso a nuestro yo más íntimo y traen mensajes que sólo nosotros podremos entender. Dan luz, respuestas, entendimiento, una vida más sentida.

42. El final de Maldivas

Estoy viendo el final de Maldivas… 🏝️

Sí, suena apocalíptico 💥

Y un poco lo es.

Entre la subida del nivel del mar y el turismo masivo, estas islas están cada vez más al límite. Edificios altos, arena dragada y selfies infinitos donde antes había palmeras y silencio 🏢😖

 

Pero no.

De ese final no va esto.

Hablo del final literal, geográfico.

 

Estoy en el último atolón del norte, casi saliéndome del país, en una isla remota donde los únicos paseantes que he visto por la enorme playa son cangrejos ermitaños 🦀

 

He venido hasta aquí porque soy anti-masas y pro-viajes auténticos, y como aún existen Maldivas sin edificios, sin franquicias y sin prisas, quiero descubrirlas para que las descubráis.

Islas que reconcilian con el universo.

Sólo unas horas aquí y ya me he enamorado. Energías que reconcilian y te conectan con el universo. Y con tu universo 🧚

Arena aterciopelada por todas partes, calma absoluta, gente amable, vida sencilla.

Me alojo en guest house súper acogedor donde podré escribir, trabajar y estar tranquila.

Un especie de retiro inesperado que me viene de lujo.

 

Eso sí, aviso: no es para todo el mundo.

Si buscas resorts, restaurantes, bullicio y acción, este no es tu sitio.

Pero si lo tuyo es justo lo contrario…

Puedes flipar.

Lo iré contando.

Pero no lo digas muy alto…

mas que nada, porque no cabemos todos 😉

 

 

PD1
¿Te quedas con ganas de saber más de la isla, de sus gentes, ver fotos, leer experiencias sin recortes? 👉 Aquí lo cuento más en detalle

 

PD2
🌐 Cuando encuentras lugares especiales, terminas encontrándote tú otro poquito más. Asi que mi propósito es que tentarte.

Si vienes conmigo, con mi agencia, yo encantada; pero sin mi también hazlo, como sea, ya será estupendo en sí mismo.

41. El granito de arena de la felicidad

Hoy he despedido ya el último grupo de los viajeros de estas semanas.

Tengo ahora unos días para estar sola, antes del sábado, que viene otra gente, y la verdad que ya me va bien también la tranquilidad, soledad, estar a mi aire…

Voy a ir de exploración a una isla muy al norte de Maldivas, parece que una zona bastante poco conocida todavía, donde ver si podemos hacer algo nuevo y diferente y cómo.

Ya contaré si hay algo interesante, que seguro que si.

Pero hoy, al terminar otra etapa, pensaba en lo que veo siempre cuando voy con grupos.

Y es que si hay algo que realmente me flipa es ver la evolución de las personas en un viaje.

La cara de cuando estás en el aeropuerto antes de embarcar, las miradas expectantes al aterrizar, la emoción de las primeras actividades, paisajes o encuentros, y el cambio que se va produciendo día a día.

Si pudiera, lo dibujaría porque es realmente bonito.

Y llegan los últimos días, y sin darte cuenta, se ha creado un vínculo especial, se han tejido nuevas relaciones, nos hemos descubierto todos de una forma distinta a la que de inicio nos pensábamos; abrimos barreras, puentes, y nos enriquecemos con lo que los otros nos aportan.

Si, también cerramos puertas si alguien no nos interesa o no nos aporta, pero esto siempre es lo menos, mas anecdótico que otra cosa.

La gente que viaja, que sale de casa, que emplea dinero, tiempo y emociones en un viaje, lo que tiene ganas es de disfrutar y aprovechar, y al final, es lo que nos da la vida.

Me quedo con esas sonrisas, con esos abrazos, con esos «qué pasada» del final. Con los mensajes de agradecimiento que llegan por wasap, las caritas felices y las complicidades que se han tejido entre todos en el día a día de una convivencia extrañamente maravillosa…

Y sobre todo, lo que más demuestra que hay algo bien hecho por aquí, es que se van planeando y hablando de otros destinos, preguntando donde nos vemos en la próxima, o cuando empezamos a programar ese lugar del que hemos podido hablar durante este viaje.

Es TAN BONITO sentir que ponemos un granito de arena en que la gente sea feliz, que disfrute, lo pase bien, salga de sus rutinas, se vean otras realidades, se llene la vida de algo nuevo, diferente único.

También una GRAN RESPONSABILIDAD, no creáis que no.

Pero sí… como digo siempre… ¡ME ENCANTA MI TRABAJO!

 

 

40. Ataque a buceadores

🦈 SÍ, HA OCURRIDO

En la inmersión de esta mañana.
En nuestro grupo

El mayor miedo de los que temen al mar: un ataque bajo el agua. Pues eso nos ha pasado.

🙏 Pero tranquilidad, que no ha ido a mayores.

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39. La primera vez sin alguien

Hemos desembarcado de nuestro barco de estas semanas y pasaré unos días en islas locales, pisando tierra (arena, más bien), con parte del grupo y mi amiga Cristina, que hoy celebra-NoCelebra su 57 cumple.

Pero no está muy feliz ni es un día de fiesta para ella. No es por la edad. Tiene sentimientos encontrados.

Hace poco más de 3 meses murió su madre. Coincide que yo estaba en este mismo lugar, en este mismo sitio, la misma isla, Guraidhoo, mismo alojamiento y ambiente y por eso todo me viene a la mente como esas sincronicidades raras de la vida. Hablé de ella (su madre) en uno de mis primeros mails, porque ¡menuda mujer fue!

Total, que este cumple es «el primero sin ella«. Luego llegarán «las primeras navidades sin ella«, seguirá «el primer… lo que sea«, y así una y otra vez…

Y se empañan los ojos, y el alma llora, y la ausencia pesa, y el dolor aprieta.

Y yo la miro, y no le digo nada, o le doy un abrazo, o un gesto. Y a la vez pienso, revivo y recuerdo, y siento como esas «primeras veces» sin esas personas que eran todo en nuestra vida, son tremendamente duros.

Y que no hay nada que hacer. Que las palabras sobran, los recuerdos aprietan y los silencios hablan.

Ella dice «ya pasará».

Y yo me callo. Porque no se pasa. Se secan las lágrimas, o podrás hablarlo sin que te tiemble la voz, pero pasar, no se pasa.

18 años va a hacer que mi madre cambió de pantalla, y aunque evidentemente el tiempo va colocando cosas de otra forma, esas punzadas no dejan de picar.

Siempre lo digo, cuando os veo a los que tenéis padres, madres, me dais una envidia terrible. Os miro hasta con manía (entendedlo, es una forma de hablar) porque los míos se fueron demasiado pronto y los extraño muchísimo, y me cabreo por no poderles tener a mi lado, que se pierdan estos mails y yo todo lo que me daban.

Y me da mucha rabia cuando veo gente que no valora tener a sus padres, cuando yo daría lo que fuera por poder seguir contando con ellos piel a piel.

Os digo que aprovechéis cada momento, cada segundo de su presencia.

Que no os importe cuando repitan mil cosas lo mismo, o cuando os riñan por algo que no les gusta que hagas, o si sentís que no os entienden, si sus enfermedades se hacen pesadas o las sorderas complicadas…¡da igual, exprimid a tope su compañía!

No os imagináis, hasta que ocurre, el tremendo agujero que queda dentro cuando ya no están. Por mucho que intentes meter lo que sea para taparlo, a empujones, con todas las ganas…, nada, no se rellena. Se queda ahí como la cueva más oscura. No se cierra.

Nunca.

Lo sabéis de sobra los que sois huérfanos, como yo.
Y no lo entendéis los que los tenéis cerquita. Pero hacednos caso… ¡¡¡APROVECHADLOS!!

 

Así que Cris, esta noche vamos a celebrar como podamos (poca fiesta, que en país musulman e isla local, cero alcohol) tus 57 y tu año 1.

 

PD

Spoiler: No es trágico. No sólo vamos a volver a encontrarnos con ellos cuando terminemos «por aquí», si no que, mientras, ellos se buscan las formas de hacernos llegar que no se han ido del todo, tan sólo estamos en distintos planos. Y cuando te das cuenta de cositas… ¡¡JOOOO, CÓMO MOLA!!

38. No current, no life

¿En qué pensarías si te digo la palabra “corriente”?

… Normalidad (serás ser de tierra)

… Moda (estás a la última)

… Electricidad (algún dedo en un enchufe has metido, seguro)

… rumbo (¡navegante, fijo!)

… ¿emociones fuertes? (eres de los míos, fricky buceador)

 

Esta mañana, en medio de una inmersión, a 30 m bajo el agua luchando contra una corriente típica de los canales de Maldivas, me llegó este pensamiento:

¡Coño! (-perdón-) Las corrientes no son solo cosa del mar.
También son de la vida.

En la jerga del buceo decimos No current, no life. Sin corriente no hay movimiento, ni peces, ni emoción.

Pues en la vida pasa igual: cuando todo está plano, no hay crecimiento. No hay «chicha»

Las corrientes —esas sacudidas que nos descolocan— llegan sin avisar.

No puedes pelearte con ellas. Solo agarrarte, resistir, observar… y cuando no queda más remedio, soltarte y confiar.

Y cada vez que una corriente te pilla, te cambia.

Te enseña.

Te lleva a otro lugar. Y no sólo geográfico.

 

Y cuando vuelve la calma, te das cuenta de que lo has superado, que has aprendido, que estás vivo, ¡qué narices!

 

El mar sin corrientes sería agua muerta.

Nosotros también.

 

Así que… benditas corrientes, que nos sacuden, nos enseñan y nos recuerdan que seguimos vivos.

 

 

PD1

Esta es la versión corta. La original, más desarrollada puedes leerla aquí

 

PD2
Si estás en medio de alguna, o acabas de pasarla, ÁNIMO, piensa en todo lo que te va a aportar…
Y si no… OJITO, que seguro llega alguna 🫣

37. Entrevista de Miguel Gomis

A través de mi participación y presencia en un Foro de emprendimiento, me propusieron una entrevista.

No tenía ni idea de qué iba a ir, suponía que, dado el lugar, sería del tipo emprendedora o empresaria… pero NO…

El giro fue totalmente distinto y la verdad que disfruté un montón.

Os la recomiendo, y no porque sea yo, (o si), pero creo que estuve muy sembrada, aunque lo cierto que Miguel me lo puso realmente fácil.

Son 35 minutillos, que en velocidad X2 te la ventilas delante de un café, así que no seas raspa, y aunque sea por ser agradecida con su canal de «Esto Sigue Creciendo«, dale al PLAY…

 

Para despertar las ganas, mira las preguntas finales que me hizo el jodío.. total nada jajaja.

 

1– ¿Qué es para tí «vivir»?

2- ¿Qué le dirías a tu Hellen de 12 años?

3- ¿Qué le dirías a tu Hellen de 95 años?

4- ¿Qué le diría la Hellen de 95 años a la de ahora?

 

Si te da curiosidad ver como salí de eso, y pensar qué dirías tú, ya sabes… DENTRO VIDEO 🤓

 

También lo puedes ver en la entrada del blog, con algún comentario extra, claro 😄: La vida te da olas. Te revuelcas o las surfeas. 

 

PD1

La vida te da olas. Te revuelcas o las surfeas. 

👏 El titulo del mail es el que él mismo puso a la entrevista. Muy acertado, ¿no?

 

PD2
👉 Os invito a conocer a Miguel Gomis, en youtube tenéis sus links. Persona muy interesante, me parece a mi. Y acabo de descubrir que ha escrito un libro con un título bastante sugerente, lo que me confirma la impresión.
📚 «Crecimiento infinito»
No puedo recomendarlo porque no lo he leído (acabo de enterarme), pero por el ratito que compartimos de charla, me da que puede ser digno de leer. Supongo que podréis encontrarlo con el título y autor (Miguel Gomis)

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