47. Bangladesh. No estaba en mis planes (hasta hoy)
Oídos abiertos, mente abierta y espíritu abierto son la puerta a todas las oportunidades que puedas imaginar. Y las que no te imaginabas, también.
No hay más que abrir un poco los ojos, escuchar y entablar conversaciones con cualquiera que puedas tener alrededor para que cualquier cosas pueda ocurrir. Siempre hay algo que te hace conectar, sorprenderte o aprender. Y hasta hacer negocios o crecer profesionalmente, como te guste más llamarlo.
Estas últimas semanas están siendo de una riqueza máxima en este tipo de encuentros y oportunidades, y a menudo, donde menos te lo esperas.
Tengo claro que es porque estoy en plan flow total. Sin ninguna expectativa me dejo llevar y todo lo que llega está fluyendo tan bien, tan bonito, tan genial… Fuera planes, lo que me pide el cuerpo y como siento dentro. Lo que surge, sin más. Y resulta que estoy haciendo más contactos para nuevas propuestas de «trabajo» (viajes, destinos y experiencias, en mi caso) que toda un años de ferias de turismo 😜. Y es porque al ser tan «real», directo de persona a persona y vivencial, encontrando y tropezando sin buscarlo, todo se transmite y vive de otra forma. Hay algo que lleva a que se capten las vibraciones y nos unamos por energías e intereses comunes.
Así que hoy ha vuelto a ocurrir.
He descubierto un «nuevo mundo» en un lugar, que sí, sabía que existía, pero que mi ignorancia y desconocimiento hasta me hacían dar por hecho que era una parte de India. De hecho, está casi «metido» en la India, salvo un trocito muy pequeño que toca con Mianmar, pero tiene su propia entidad.
Hablo de Bangladesh un país en sí mismo, del que sabía tan poco, que lo que he aprendido esta tarde con Kawsar, Imra y Rashid no sólo me ha sorprendido, si no que me ha llevado a decidir que tiene que ser uno de los nuevos destinos que ofrezcamos desde ViajarSolo. Tiene cosas FLIPANTES, unos contrastes bestiales y un poco «de todo». Y lo que es más importante, todavía MUY por descubrir.
A los tres amigos, veinteañeros currantes, ya los conocí aquí en Maldivas este septiembre pasado, porque trabajan donde me alojo y son tan simpáticos, que es difícil no tratar con ellos. Ya entonces empezamos a tener conversaciones, y como el roce hace el cariño, el trato se refuerza.
Yo creo, además, que me han adoptado como la «abuelita simpática que tiene una agencia de viajes y trae clientes a esta isla» (eso interpreto yo). Lo mismo me dicen ir con ellos a ver la puesta de sol, que se sientan conmigo cuando desayuno, nos sacamos fotos juntos en el puerto o me invitan a ir a merendar al café local. Y ahí, esta misma tarde, provocándome con risas a ver si me ardía o no la boca con lo que me daban a probar, me han contando muchas cosas que darían para escribir un mes entero sin parar.
Hemos hablado de los matrimonios, el amor y las conveniencias y las diferencias de mentalidades. Es curioso como cada uno de los 3 (de los 4, si me cuento yo), lo veíamos de distinta forma.
Sobre temas de religión, son musulmanes, a diferencia de los Hindúes que son budistas, toda una sorpresa para mí, he de decir, y el speech que me han soltado, me podría haber convencido de solo hacer caso a Mohammed el profeta, de no tener yo ya mis propios conocimientos de base sobre estos temas 😉
De cultura, de sus lugares de origen, de comida, de bromas… ¡Un sin parar, con una inocencia y entusiasmo que me daba hasta ternura! Hablar y escuchar «de todo un poco», que a pinceladas va ayudando a captar la esencia de las culturas. Y me sigue demostrando que el dónde y cómo nos criamos condiciona tanto, ¡¡TANTÍSIMO!! nuestra forma de ser y pensar. Y que aunque nos creamos eso que nos llena la boca decir, y suena tan bien, «nos hacemos a nosotros mismos», ¡¡ES MENTIRA!!! Somos una ENORME parte de todo lo que hemos ido mamando desde la tripa de nuestra madre. Que luego vamos dándole nuestra forma, totalmente de acuerdo, pero la base inicial, amigos… esa está grabada a fuego y no se desdibuja tan fácilmente.
De entre ellos, Kawsar, tiene algo más especial y está siendo un descubrimiento. No es el más mayor, pero sí el mas maduro. Tiene una mirada mucho más profunda, como una sabiduría interna. Y las ideas muy claras: ganar dinero unos años por aquí, para luego pasar un tiempo viajando y recorriendo el mundo y ya entonces, establecerse en su país, montar un hotelito y empresa de turismo.
Quiere que el mundo conozca las maravillas de su lugar de origen.
Y el jodío, lo va a conseguir, porque es un excelente comunicador. A mi desde luego me ha atrapado con todo lo que me ha ido enseñando. Desde el tejado de su casa visto desde Google maps en medio de una frondosidad brutal, hasta la playa más larga del mundo (mas de 100 km), el manglar más grande del mundo, pasando por plantaciones de té infinitas, increíbles playas «verdes», montañas con cascadas brutales, parques naturales donde los tigres se ven de verdad, ríos por doquier y mil y una atracciones obra de la Naturaleza más salvaje, que a mi vista de viajera y promotora del viajar, me han hecho chisporrotear los ojos.
En septiembre estará y quiere invitar a 4 o 5 personas que nos dedicamos a esto (a más no, porque ni tiene capacidad, ni aprovecharíamos bien, me dice) a que vayamos a descubrirlo por nosotros mismos, nos enamoremos y así, en adelante, cuando tenga su negocio montado, podamos empezar a mandarle clientes. ¿No es esto el mejor plan de empresa, sin haber estudiado ningún Master MBA?
Así que ya estoy apuntando la previsión en mi calendario, porque tengo el pálpito que es de esos lugares que van a tener mucho que decirme a mi, y a todo el que quiera escucharme…
«Y además, podrás comprar ropa muy barata, Hellen…» porque no olvidemos, que la principal imagen que tenemos todos de «Bangladesh» es el de miles de fábricas con cientos de personas tejiendo todas las prendas y camisetas que se venden en el mundo entero.
Pero a mí, mas que vestir el cuerpo (que me encanta hacerlo a buen precio) lo que me pone guapa es vestirme el alma 🥰
Gracias amigos, por abrirme la puerta por la que seguir avanzando caminos…
