Japón (5) Fushimi Inari

Siempre me han gustado las puertas (soy de esas que saca fotos raras de puertas, portones y cerraduras de todo tipo), y si algo me atraía de #Japón eran esos pórticos naranjas grandes, los Torii ⛩

Mi lugar más deseado era uno donde hay montones de ellas, que tenemos la foto en la web entre la destacadas y siempre me ha llamado la atención. Era lo único que tenía claro que quería ver, y el viaje pasaba por ir donde estuvieran, lejos o cerca de lo demás. Por fortuna el lugar es #Kyoto, ciudad indispensable de visitar, y hoy hemos dedicado gran parte del día a este lugar, el Santuario Fushimi Inari Taisha!!

No es un templo como los demás, esta maravilla es, a mi modo de ver, la fusión perfecta entre el Sintoísmo con la Naturaleza, no es un edificio con un Buda o altar dentro, ni un recinto, sino todo un lugar de culto. Ocupa toda una pequeña montaña a la afueras de Kyoto, Inarishan, la Montaña Sagrada, y es precisamente la senda de subida y bajada la que está cubierta de los miles de Toriis que forman pasillos por donde caminar como si fueras en un extraño túnel.
No me dediqué a contarlos (ni creo que lo haya hecho nadie) pero para que os hagáis una idea, dicen que hay ¡¡Más de 10.000!!!

Es un camino completamente lleno de estas puertas de entrada a los templos, una detrás de otra, sin apenas separación entre ellas, en medio de un bosque bastante tupido y a los lados, esparcidos por toda la montaña, miles de pequeños santuarios y zonas de oración, llenas de ofrendas (aquí no son las tablillas de otros templos, si no… más Toriis de tamaños infinitos donde cada uno escribe sus deseos, necesidades, oraciones o peticiones), campanas, representaciones de lo más variada de diversos Budas y escoltados por supuesto, por la pareja de zorros que vigilan la entrada de los templos, grandes o pequeños, no importa.


Siendo los Toriis de ese naranja tan vistoso con el tejadillo negro y la escritura japonesa tan bonita, es lógico que el resultado sea de una belleza espectacular, diferente a cualquier otra cosa y que te hace sentir algo extraño.


El lugar está plagado de gente, pero no solo extranjeros, de hecho hay japoneses a montón, y muchos (muchas, más bien) vestidas con Kimonos, lo que aumenta aún si cabe lo pintoresco de esta visita, hace que la experiencia sea todavía más auténtica y que logres la instantánea perfecta si se divierten tanto como tú haciéndote una foto con ellas!!
Comentábamos al ver tanta gente así vestida que debe ser como cuando en Zaragoza se visten de Baturricos para el Pilar, porque desde luego no eran Geishas ni Maikos (las aprendices de Geisha) la que paseaban por aquí, y teniendo en cuenta que Kioto está lleno de tiendas de alquiler de Kimonos, aparte de los que tengan propios, parece ser una especie de ritual hacer la visita y orar en el Santuario con los trajes originales:))


 

A lo que iba; el camino es empinado… bastante!! Son unos 5 km, que no es mucho, pero la subida se hace durita, entre otras cosas porque son escalones de esos que no te da para dos pasos ni para uno y resulta bastante incómodo. El tiempo en hacerlo es relativo, porque vas parando a ver cosas y la marchas de cada uno es distinta, pero hacerlo entero no son menos de 2 horas, a no ser que vayas corriendo o seas un súper atleta. Hay varias bifurcaciones y al principio vas como en un pasillo de metro en hora punta, te asustas de pensar ir así todo el camino, pero… según vas subiendo, va más gente de bajada que de subida, se despeja, y lo cierto es que llegar a la cima… muy poca gente!! Y es que la subidita se la trae, y aunque hay muchas zonas de parada para ver los santuarios o las vistas de la ciudad, tienes ganas de llegar arriba.

Pero arriba no hay nada especial, ni siquiera vistas, si qie está el Santuario principal pero no llama excesivamente la atención, habiendo tantísimos por el camino… sabes que has llegado porque pone “Top” y un par de flechas indicando las dos rutas de“Exit” que es el camino cuesta abajo, siguen las puertas, y los monumentos… la gente suele bajar por donde se sube, porque la otra bajada es bastante más empinada, pero nos fuimos por ahí y la verdad que lo gozamos, el bosque era aún más vivo, hay una gran zona de bosque de bambú y apenas había nadie… pero además los Santuarios de esa parte eran verdaderas obras de arte!!


La nota curiosa de este Santuario es que, aún siendo del año 700, el origen fue la donaciones… Y es que Inari es la Protectora de las cosechas en su día (por eso los zorros llevan una llave en la boca, la de los graneros donde almacenaban el arroz) y hoy en día se ha generalizado a los Negocios, y así ha seguido, son las propias empresas (también familias o particulares con dinero) las que ponen las puertas para que les de prosperidad.
Pensamos poner un Torii de ViajarSolo, pero cuando nos enteramos que cuestan entre 5 y 10.000 euros, y añadiendo que si lo escribíamos en Japonés nadie se iba a enterar que era nuestra y en español, Inari igual no sabría bien a quien proteger, decidimos hacerlo en una mucho más modesta que nos pudiéramos traer para España en la maleta … eso si, igualmente personalizada, y con todas las bendiciones de Inari!!! ????

 

 

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