Vive y deja vivir

A las personas nos falta PAZ.
A TODOS.
Nos falta saber VIVIR, de verdad, en mayúsculas, sí….
VIVIR con lo que tenemos, con quienes compartimos nuestro día a día, con lo que somos.
Como generalmente no satisface esto, se emprende contra los demás, como si tratar de buscar el dolor y la amargura ajena nos fuera a quitar la propia.
Lo veo cada día, y hace unas semanas lo veo de nuevo aquí al lado, en mi misma comunidad de vecinos, donde unos pocos, tristes, amargados, rabiados y no se sabe qué, no intentan más que imponer sus criterios, sus frustraciones, sus negativas, sus ganas de que el otro no haga lo que quiera y se crea un ambiente horroroso, los corrillos por los pasillos, los comentarios cruzados, las críticas destructivas, hasta llegar a los malos modos. La reunión de hace dos semanas fue como un pequeño infierno, y desde entonces esto se hace insoportable, tener que pasar por otros sitios para no ver a fulano, girar la cara para no saludar a mengano o lidiar con las miradas asesinas de zutano….
Y esto, que nos es común a todos, es lo que nos pasa a todos los niveles. Esto que vivimos cada uno en nuestro pequeño mundo, es lo mismo que ocurre ampliando los círculos.
Esto es lo que provoca que en los distintos ambientes, la gente se enfrenta, se pelea, se ponen zancadillas… y se va aumentando la tensión, las palabras, y las armas hasta llegar a a las bombas, a los atropellos, a matar.
No son unos cuantos, no… somos todos y cada uno de nosotros.
Somos responsables todos porque somos una especie tremendamente insatisfecha, egoísta, que no sabe alegrarse de la felicidad o bienestar ajeno, que por no sé qué oscura razón que no llego a entender (y por suerte no vive en mi), sólo busca que alrededor se sufra, haya llantos, broncas, malos rollos, y extrapolando hasta los niveles más altos, pero que a todo se llega, sufrimiento infinito, dolor y muerte.
Creo firmemente que es una actitud de cada uno, personal. Que mientras no seamos capaces de mantener la paz, la cordialidad y la armonía en nuestros más cercanos y estrechos ámbitos de convivencia (familia, trabajo, comunidades, barrios, pueblos…), es absurdo que nos echemos las manos a la cabeza cuando pasan estas cosas como la de Barcelona, Cambrils, París, Londres…. y tantas más.
Somos nosotros, cada uno de nosotros. No echemos balones fuera, «los malos» no son otros…. Somos una raza mala y peligrosa, y lo seguiremos siendo mientras no cambiemos de verdad nuestra forma de pensar.
Yo lo veo, como tantos de vosotros. Somos felices en lo que se puede, buscamos estar a gusto, nos alegramos de los éxitos de los demás, apoyamos iniciativas que les ayuden a estar mejor aunque nosotros ni las queramos ni las necesitemos, luchamos por que todo sea genial, divertido, agradable, bueno y que las sonrisas y la relajación sea lo que nos rodea.
Pero hay demasiados que no saben, ni quieren, y encima les molesta que seamos así, y por eso atacan aún más encarnizadamente.
VIVE Y DEJA VIVIR.
SE FELIZ.
Y si no lo eres, porque no sabes o porque no encuentras cómo serlo, al menos deja que los demás lo sean.
¿¿¿Tan difícil es, de verdad??? Yo creo que no, a mi no me cuesta nada ¿por qué a otros si?
PAZ POR FAVOR…. PAZ… SÓLO PAZ.

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